domingo, 15 de junio de 2008

RUSIA 1-0 GRECIA



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Cuatro años después de entrar en el Olimpo futbolístico, Grecia despertó en Salzburgo del sueño de aquella noche de verano en suelo luso. Después de solo dos partidos, la campeona continental se despidió de la Eurocopa tras caer con Rusia (0-1). Consciente de que solo le servía la victoria, Otto Rehhagel decidió aparcar la fórmula de los tres centrales e intentar ir a por el partido. Y pagó caro su desaire al dios de la cicuta. La espartana zaga, alfa y omega del éxito en Portugal, se desmoronó y su banda de albañiles y peones especializados en tareas de demolición no supo encontrar el tono para interpretar al papel de arquitectos.
Nikopolidis aún debe de estar tirándose de su canosos pelos al evocar la jugada del gol. Como si estuviera poseído, abandonó su marco para buscar un centro pasadísimo al segundo palo. Semak centró de chilena para que Zyryanov rematara solo ante la mirada de tres estatuas de sal griega. Tras la pésima imagen mostrada ante España y ante las facilidades del rival, Rusia se agigantó.

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