Francia no tuvo respuestas. No pudo sobreponerse a las ausencias de Patrick Vieira y Thierry Henry, éste lesionado y presente en el banco de suplentes, y no pasó del empate ante una aguerrida Selección de Rumania que avisó que es capaz de dar la sorpresa en la llamada “zona de la muerte”.
El equipo dirigido por Raymond Doménech se pareció más al de la primera ronda del Mundial de Alemania, en el que dio ventajas y mostró poco fútbol, que al de las rondas finales que cautivó al planeta con su arribo a la final en tierras teutonas. Le faltó acción y peso en ofensiva.
Francia logró incomodar a Rumania muy poco en la primera mitad. Un par de disparos de Karim Benzema y algún avance de Nicolás Anelka fueron lo mejor de un equipo que mostró extrañar a errores al gran Zinedine Zidane.
El rival tampoco le creó ocasiones de gol, pero supo cómo jugar para hacer espeso el partido y sin rubor a la hora obviar el centro del campo, con Cristian Chivu y Cosmin Contra como mejores opciones por las bandas y Adrian Mutu como única amenaza.
Apretó algo más el conjunto francés a Rumaiía tras el descanso, porque también entró más en juego Benzema, pero la nueva estrella francesa no puede cargar, con 20 años, con toda la responsabilidad.
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